Follando con el pintor mientras me hacia presupesto
No estaba muy satisfecha con el resultado del color de la pared que tenía en casa así que llamé a un pintor de brocha gorda que me recomendó una amiga. Cuando se presentó enseguida vi el porqué de lo de brocha gorda. Al negro le marcaba el pantalón hasta medio muslo, yo iba vestida de manera sugerente para ver si me podía hacer una rebaja en el precio, pero creía que con rebaja o sin ella, yo me tenía que comer ese nabo negro, así que dejé de disimular y me la comí hasta empalmarlo, luego me lo metí en el coño y disfruté como una loca. Estaba tan cachonda que me la metí en el culo para disfrutar mucho más. Qué brocha más gorda tenía el pintor!
